Derechos LGTBIQ+: guía para conocerlos y ejercerlos

Sin pedir permiso. Porque no naciste para esconderte

Nadie debería tener que justificar a quién ama, cómo se identifica o por qué decide vivir su verdad. Pero sabemos que, para muchas personas LGTBIQ+, esa libertad todavía se gana cada día. Esta guía no pretende ser un manual frío. Es una herramienta viva para resistir, defenderse y avanzar. Porque la dignidad no se debate: se ejerce.

Desde nuestra experiencia como entidad que acompaña a personas víctimas de violencia doméstica lgtbfóbica, con VIH+ o que enfrentan la realidad invisible de una doble o triple discriminación, sabemos que conocer tus derechos puede cambiarlo todo.

No se trata solo de leyes. Se trata de saber que tienes derecho a ocupar tu espacio, sin miedo, sin excusas.

Si alguna vez te has sentido solx o sin respuestas, esto es para ti.

Este artículo no está pensado para “la comunidad” en abstracto. Está pensado para ti, con tus circunstancias reales: si eres trans y te cuesta que te respeten el nombre, si vives con VIH y temes acudir al médico, si te gritan “maricón” al volver a casa o si tu hijo ha empezado a sufrir bullying en clase por tener dos madres.

Aquí vas a descubrir:

  • Qué protecciones tienes hoy en España (y cuáles siguen siendo papel mojado).
  • Qué hacer si te discriminan en el trabajo, en el centro de salud o al buscar vivienda.
  • Cómo actuar si sufres violencia lgtbfóbica, en la calle o en tu propia casa.
  • Qué recursos gratuitos existen, desde asistencia legal a atención psicológica.
  • Y algo igual de importante: que no estás solx.

¿Qué dice la ley? Y qué podemos exigir más allá de ella

No es un favor: es tu derecho

En 2023 se aprobó en España la conocida como “Ley Trans y LGTBI”. Un paso histórico, sí. Pero como toda ley, necesita voluntad para cumplirse. Y ahí es donde entramos todas y todos.

¿Qué protege?

  • Que puedas cambiar tu nombre y género legal sin informes médicos.
  • Que te respeten en el trabajo, en el cole o en el hospital tal y como eres.
  • Que no puedan “reconvertirte” con terapias de conversión.
  • Que la discriminación por VIH sea combatida con firmeza.
  • Que las empresas, colegios y servicios públicos tengan protocolos reales para frenar la lgtbfobia.

“Firmé un contrato como Carla. Era la primera vez que alguien me llamaba por mi nombre sin pestañear. Eso es lo que la ley me dio: el respaldo para vivir sin pedir permiso.”
— Carla, 28 años, Valencia.

Derechos humanos sin apellidos

Ser LGTBIQ+ no te hace menos merecedor de tus derechos humanos. Es así de simple.

La ONU, el Consejo de Europa o la OMS lo han dejado claro: la orientación sexual, la identidad de género o el estado serológico no deben ser motivo de exclusión, violencia o silencio. El derecho a la salud, al trabajo, a formar familia o a existir sin miedo, no se negocia.

Y sin embargo, cada día, miles de personas en nuestro país siguen teniendo que luchar por eso mismo.

Cuando los derechos bajan al suelo: cómo ejercerlos en la vida real

En el trabajo: salir del armario sin salir del empleo

A nadie deberían despedir por poner una foto de su pareja en el escritorio. Pero pasa. Mucho más de lo que se reconoce.

¿Qué puedes hacer?

  • Si te despiden o acosan por tu orientación o identidad: presenta denuncia ante Inspección de Trabajo. No estás solx.
  • Si notas comentarios, cambios de actitud o bloqueos profesionales tras “salir del armario”: documenta todo, habla con delegados/as sindicales y busca asesoramiento legal.

¿Lo sabías? Las empresas de más de 50 personas tienen que tener un Plan LGTBIQ+, y tú puedes exigirlo.

En la sanidad: tu cuerpo, tu historia, tu dignidad

Acompañamos a personas trans a revisiones médicas donde les niegan el trato respetuoso o a pacientes con VIH a los que siguen etiquetando como “riesgo biológico”. Es inadmisible. Pero aún ocurre.

Recuerda:

  • Tienes derecho a usar tu nombre sentido en la tarjeta sanitaria.
  • Nadie puede exigirte justificar tu identidad o tu diagnóstico.
  • Si recibes un trato vejatorio, puedes reclamar en el propio centro o ante el servicio autonómico de salud.

En la educación: que nadie vuelva a callarse en el recreo

Muchos niños, niñas y niñes LGTBIQ+ viven el miedo como rutina: insultos, amenazas, aislamiento. También ocurre con hijos de familias diversas.

Las escuelas están obligadas a:

  • Activar protocolos ante cualquier indicio de acoso lgtbfóbico.
  • Respetar el nombre y la identidad del alumnado trans.
  • Formar al profesorado y ofrecer contenidos que incluyan todas las realidades.

Si tu cole no lo hace, puedes presentar una queja en la Consejería de Educación, solicitar mediación o contactar con organizaciones como la nuestra. No dejes pasar el silencio.

En casa o en pareja: la violencia también lleva la forma del amor

La violencia doméstica lgtbfóbica existe. Y suele esconderse tras frases como “es por tu bien”, “eso no es amor de verdad”, “si no cambias, se lo contaré a todos”.

Desde nuestra fundación, trabajamos con víctimas que sufren:

  • Amenazas de outing por parte de familiares o parejas.
  • Agresiones físicas y psicológicas dentro del entorno íntimo.
  • Aislamiento emocional y pérdida de redes de apoyo.

Puedes pedir ayuda sin denunciar. Puedes hablar antes de dar el paso. Tienes derecho a que alguien te escuche sin juzgarte.

Descubre cómo funciona nuestro programa de apoyo en casos de violencia doméstica LGTBFÓBICA.

Qué hacer si vulneran tus derechos: paso a paso, sin miedo

1. Detén la culpa. La culpa nunca es tuya

No importa si estabas con tu pareja de la mano. No importa si te expresas de forma “visible”. No importa si te negaste a aguantar. Nunca es tu culpa.

2. Busca apoyo antes que soluciones

No estás obligadx a hacerlo solx. Puedes:

  • Llamar a servicios gratuitos de atención a víctimas.
  • Pedir acompañamiento legal o psicológico.
  • Escribirnos: en la Fundación Álvaro Manuel, estamos para ayudarte, no para juzgarte.

3. Decide cómo quieres actuar

Puedes denunciar, reclamar, difundir o simplemente pedir que te crean. Hay rutas para cada situación:

  • Agresión física: comisaría, fiscalía de odio o juzgado.
  • Discriminación laboral: inspección de trabajo.
  • Negligencia médica: defensor del paciente o colegios profesionales.
  • Bullying escolar: inspección educativa.

Recursos útiles, cercanos y reales (de verdad)

¿A quién acudir?

  • Fundación Álvaro Manuel: asesoría, apoyo psicológico y acompañamiento.
  • Plataforma Trans: defensa de derechos trans en todo el territorio.
  • CESIDA: red estatal de VIH y sida, con orientación legal y médica.
  • KifKif: colectivo especializado en migrantes y refugiados LGTBIQ+.

Herramientas y redes

  • Líneas 24h gratuitas y anónimas (consulta tu comunidad autónoma).
  • Mapas de espacios seguros colaborativos.
  • Servicios jurídicos de ONG locales.

Sí, tú también te lo has preguntado. Aquí tienes las respuestas.

¿Puedo cambiar mi nombre sin informes médicos?

Sí. Desde los 16 años, puedes hacerlo en el registro civil con una simple manifestación de voluntad. No necesitas informes ni hormonas. Solo ser tú.

¿Qué pasa si me discriminan por tener VIH?

Es ilegal. Puedes reclamar confidencialidad, exigir atención médica adecuada y denunciar tratos discriminatorios ante servicios de salud o defensorías.

¿Tengo derecho a casarme o adoptar?

Sí. En España está reconocido desde 2005. Puedes casarte, adoptar, registrar hijos y acceder a tratamientos de reproducción asistida en igualdad.

¿Y si tengo una discapacidad?

La ley reconoce que puedes sufrir una doble discriminación. Existen apoyos específicos, medidas de accesibilidad y protección reforzada ante abusos.

No estás solx. Nunca lo estuviste. Y no vamos a soltarte ahora

Quizá esta guía no cambie el mundo. Pero puede ayudarte a sostenerte mientras lo cambias tú.

Los derechos LGTBIQ+ en España no son un privilegio ni un regalo. Son fruto de muchas luchas, de muchas heridas y de muchas manos tendidas. Por eso, cuando te niegan un derecho, no estás fallando tú: está fallando el sistema.

Y para eso estamos. Para acompañarte, para escucharte, para ayudarte a decir “basta” con todo el peso de la ley detrás y el calor de una comunidad que no deja a nadie atrás.

No importa si no sabes por dónde empezar. Lo importante es que sepas que no estás solx. Y que mereces todo.

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